Mi amante perfecta


Apoyando mis manos en el balcón miro el cielo,
preguntándome cual es el destino que me tiene preparado,
porque ya estoy harto de cerrar y abrir puertas a mi corazón.

Luego se acerca ella, moviéndose con la brisa,
me seduce, me besa, me mira y me ama en su silencio,
respira mi nombre mientras mis ojos se cierran
y aprenden a desearla sabiendo que es un pecado hacerlo.
 
Mis dedos la sujetan fuertemente,
mi boca saborea cada segundo a su lado
y mis pulmones se llenan con cada fragmento de su aroma.

En silencio se transforma en mi amante,
en aquel dulce beso que llena mi alma,
se convierte en cada latido de mi corazón
y llenando cada palabra de mi boca.

Cuantas veces he dicho que desprecio su presencia,
pero como bastardo, busco su felicidad, su amor
y mientras mi alma se derrumba,
mi interior, mi deseo es caer ante su figura y amar hasta la muerte.

Ella es mi amante perfecta, la que cuando estoy triste aparece,
dándome tranquilidad, matándome lentamente,
pero brindándome esa paz interior que nadie entendería,
excepto quienes la buscamos en cada momento.

Gracias por existir… mi perfecta amante.


Un segundo de tu vida


Déjame escribir cartas de amor,
permíteme un segundo de tu vida,
deja que mis dedos dibujen en tu pecho un corazón
y prometo que mi amor jamás se acabara,
que mis sentimientos no se marchitaran,
que viviré para siempre en tu interior.

Déjame caminar de tu mano,
darte un beso sin mirar el mundo,
escribirte poemas mientras duermes,
acurrucarme en tu pecho cuando sientas frió,
que me vuelva tu medico cuando sientas dolor,
solo déjame ser la sonrisa que veas al despertar,
que me des la oportunidad de amarte y hacerte feliz.

Prometo que te regalare una vida en un eterno segundo,
que en mi descubrirás un niño con sentimientos puros,
con poesía que solo nace de tus labios cuando me tocan,
con pensamientos de melancólico soñador,
con palabras y canciones que solo tú me has inspirado,
cuando de tu boca se escribe un sincero te amo.

Déjame besarte suavemente y robarte un beso antes de dormir,
déjame acariciar tu piel mientras cierras los ojos
y escribirte un poema mientras tomas mi mano,
permíteme susurrarte que te amo desde que escuche tu nombre,
hoy solo te pido un segundo de tu vida para transformarlo en una eternidad
y prometo que mi corazón jamás dejara de latir.