La muerte de un poeta (Parte II)

Mientras yo me quedaba en silencio
mi corazón se ahogaba en penas
y en un inmenso dolor.
Mientras yo vivía preocupado de su recuerdo
me olvidaba de mi corazón
y mi único sentido era escribir el dolor
en vez de arrancarlo y volver a ser feliz.


No me di cuenta
cuando abandone mi alma y me aferre a la culpa,
viviendo de los recuerdos,
escribiendo poemas que solo herían mi interior,
se que fui yo el culpable de perderla,
pero ella también por no darme una segunda oportunidad.


Comencé a sobrevivir de suspiros
tomando diferentes caminos,
prometiendo no llorar,
no gritar mi rabia
y no dejar de amarla,
que estupidez fue aquello
ya que para olvidarla solo debía
aceptar mi derrota, mi muerte
y volver a nacer.


Desde que mi alma se marcho
se que olvide como soñar
y aprender a ver la luz a través de la oscuridad,
solo me deje morir,
pero por dentro sobrevivía de aquel recuerdo,
torturando mi alma y lo que soy
por ese amor que al final nunca fue real.


Las noches ya no eran iguales
y es que mi piel la necesitaba
como si hubiese sido el fuego
que le daba latidos a mi corazón.
Recorrer las calles se hizo una eternidad,
ya no había con quien hablar,
con quien reír, con quien decir amor,
pero eso ya basta, es pasado
y hoy vivo el presente.


Una vez desee con toda mi fuerza
mirarla y no quedarme en silencio
hoy solo quiero caminar sin su recuerdo
impregnado en mi pecho. 


Todo termino y ya no puedo decir
que voy a comenzar a olvidarla,
porque de tanto intentar borrarla de mi pecho
su recuerdo se plasma aun más en mi vida,
hoy solo viviré con un cuaderno bajo mi brazo
y caminare hacia el presente
olvidando el ayer.


Pobre de este poeta
que tuvo que arrancarle los sentimientos,
guardar silencio
y morir lentamente,
solo para olvidar aquella que un día amo.


Me acuerdo que un día
pregunte que puedo hacer para olvidarla,
para mantenerme vivo y no morir otra vez.


Hoy entendí
que la muerte de un poeta
es inevitable cuando se trata de amor.


Hoy comprendí
que ya no tengo que desear olvidar
si no que tengo que aprender a vivir otra vez
aunque haya muerto un poeta
y hoy nazca un nuevo ladrón.


La leyenda de poetas y ladrones
se comienza a escribir otra vez
entre las hojas de aquel que un día
fue inmortal y vendió su alma al diablo.


la muerte de un poeta a terminado
ahora es el turno del ladrón,
el cual solo desea sobrevivir.


La leyenda de poetas y ladrones
(Capitulo IV)
Poema  20
2011

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